El escultor e imaginero Rafael Martín Hernández ha modelado una efigie de Cristo Yacente a tamaño real que continúa en la línea realista y sintética de sus últimas creaciones.
Este proyecto, próximamente llevado a la madera por su autor, entra dentro de las piezas sacras que suponen una reflexión plástica acerca de la naturaleza humana de Cristo, de ahí que gusten por desvincularse al máximo posible de artificios y busquen la recreación descarnada de un hombre que, a pesar de la muerte, conserva en su rostro el sufrimiento por los tormentos padecidos en vida.