La imagen de Nuestro Padre Jesús Soberano en el Abandono de sus Discípulos, representa a Cristo siendo conducido al Tribunal del Sanedrín, tras ser prendido en el Huerto del Getsemaní.
Tallado en madera de cedro y con una envergadura de 1,84 m., de altura, la imagen está concebida completamente anatomizada, portando un sudario tallado, ceñido a su cuerpo. Su encarnadura se halla realizada al óleo, de igual forma que los ojos están pintados sobre la madera.
La estudiada expresión del rostro evidencia tristeza contenida y preocupación, subrayando el autocontrol del Redentor, así como su capacidad premonitoria previamente testimoniada en el Getsemaní, donde se revela como pleno conocedor de los padecimientos de la Pasión. Además, la forma en la que está recreada la actitud corporal, subraya la determinación con la que El Señor acepta este tránsito previo al juicio, sin descomponerse ni ofrecer resistencia hasta su muerte en la cruz.