Esta dolorosa realizada en 2021 y cuyo destino fue una iglesia ubicada en el estado alemán de Turingia, es fruto de una inspiración revisionista, basada en fórmulas estéticas decimonónicas, renovadas a través del estilo y los códigos realistas, propios de su autor.
Por una parte, en su rostro, el gesto de sufrimiento íntimo y contenido prevalece como principal recurso expresivo, en consonancia con una plástica romántica de herencia clásica, en la que la sublimación del dolor evita la descomposición de su delicado semblante.
Por otra parte, tanto los matices pictóricos de la encarnadura, en la que los ojos pintados sobre la madera se pierden en una mirada de dolor interiorizado, como la inflamación palpebral, propia de unos ojos agotados por el llanto, son recursos realistas que sirven para renovar una fórmulas de tiempos pasados, armonizada según los valores estéticos de la contemporaneidad.
De esa forma se le dota a la imagen de sentido y originalidad, huyendo de una recreación fidedigna de estilos antiguos.
La imagen luce pestañas de pelo natural y siete lágrimas, cinco de ellas surcan sus mejillas, mientras dos acaban de brotar de sus apenados ojos llorosos.
Dimensiones: 1, 68 m.
Materiales: Madera de cedro
Vestidor: Antonio Sanabria
Encajes y joyas: Francisco Ruiz Muñoz “Encajes de Época”
MÁS INFORMACIÓN: https://www.rafaelmartinhernandez.com/products/dolorosa-disponible-para-su-adquisicion/