Rafael Martín Hernández, escultor-imaginero

- Doctor y Profesor en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla -

 Escultor.rafael@hotmail.com

    Rafael Martín Hernández nació en Cádiz en 1983, aunque con apenas un mes se trasladó junto a su familia a Sevilla, concretamente al barrio de Triana. Con un interés temprano por el arte sacro, se inició en el aprendizaje de la imaginería en 1996 con apenas 12 años de la mano del escultor y pintor D. Antonio Dubé de Luque (1943-2019) con quien permaneció como aprendiz durante 10 años.

    En 2006 se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, donde contó con las enseñanzas de otros reputados escultores como el Dr. D. Juan Manuel Miñarro o el Catedrático D. Miguel Fuentes del Olmo y pintores como el Dr. D. Juan Antonio Huguet Pretel o D. Francisco Borrás. 

    En 2014 se doctoró en Bellas Artes con la tesis: Morfología de la Expresión Emocional Genuina y Autogestionada en el Rostro Humano, obteniendo la calificación de sobresaliente cum laude.

    En 2011 fue contratado como docente por la Universidad de Sevilla, impartiendo asignaturas del Departamento de Dibujo en la Facultad de Bellas Artes. En la actualidad es profesor en el Departamento de Escultura. 

    Durante estos últimos años ha impartido las siguientes asignaturas:

Anatomía y morfología aplicada

Sistemas de Representación

Geometría Descriptiva

Fotografía

Procedimientos Escultóricos

Discursos de la Escultura

Fundamentos de la Escultura

Escultura del Natural

Configuraciones Escultóricas

Videocreación

Imagen Digital

    En la actualidad pertenece al grupo de investigación HUM-184 (Investigación de Técnicas Escultóricas) tras haber pertenecido al grupo ARTANA (Arte Anatómico). En estos ha colaborado en proyectos de investigación e innovación docente. 

    Como escultor, Rafael Martín tiene imágenes repartidas por la geografía española, Alemania, Francia y Latinoamérica, contando con el privilegio de haber realizado la primera dolorosa andaluza para la Semana Santa de Valladolid, cuna de la escuela castellana (Virgen de la Caridad para la Hermandad de la Preciosísima Sangre); o ser el primer escultor español que desde el siglo XVIII realiza imágenes procesionales para la Semana Santa de Guatemala, destacada como la más relevante del continente americano. En este caso haríamos referencia a las tres imágenes de Cristo realizadas para la Hermandad de Jesús Nazareno de las Tres Potencias.

    Estilísticamente, su obra está concebida mediante un naturalismo idealizado que dota a sus imágenes religiosas de un especial decoro, expresividad, verosimilitud y unción sagrada. Éstas son el fruto de sus investigaciones en morfología anatómica, específicamente desarrolladas en su su tesis doctoral: Morfología de la Expresión Emocional Genuina y Autogestionada en el Rostro Humano. Sus conclusiones han contribuido de sobremanera en su forma de codificar el lenguaje corporal y la expresión facial, con el objetivo de generar auténticos retratos psicológicos en cada una de sus esculturas, no solo con el fin de promover una conexión empática con el espectador, sino para intentar recrear la personalidad de cada entidad, sustanciándose sobre los valores y el temperamento que la caracterizan, según la exégesis bíblica y/o el análisis histórico. Ese interés por establecer una relación de coherencia intrínseca entre la personalidad del individuo y la forma de narrar la escena, contribuye y refuerza la conexión e identificación del espectador con la obra, no solo cuando la figura se concibe aislada, sino cuando ésta se integra en grupos escultóricos, lo cual es de vital importancia para que el resultado sea lo más verosímil posible. Gracias a estos códigos, su obra se identifica fácilmente por su naturalidad e intensidad expresiva en el uso del lenguaje corporal y facial, enfatizando la comunicación a través de la mirada, la cual es siempre recreada de forma pictórica sobre la escultura, evitándose de esa forma del uso de ojos de cristal. 

    Técnica y conceptualmente, su vinculación con la Universidad de Sevilla ha incentivado su interés por la investigación y la innovación, ligada a la docencia teórico-práctica, lo que le avala no solo como experto en la adecuada aplicación de los procedimientos escultóricos que garanticen la consistencia y durabiliadad de sus esculturas, sino en el desarrollo de nuevos métodos para la obtención de efectos volumétricos y pictóricos que enriquecen y potencian los valores plásticos de éstas. Destacar que las técnicas más empleados por el escultor son el modelado en arcilla, la talla en madera, la escultura en mármol, la policromía al óleo, así como el dorado y estofado al temple. 

    En consonancia con lo anteriormente indicado respecto a su formación, el autor concibe cada obra de una forma individual y exclusiva, evitando la reiteración de sus propios modelos y la apropiación de los de otros autores contemporáneos o del pasado. Además, su conocimiento acerca de los estilos y códigos escultóricos de los diferentes artistas y escuelas le permite reinterpretar de forma intencionada aspectos de su propia estética, adaptándola a la característica de su destino, con el propósito de facilitar su asimilación por parte de los espectadores y/o fieles.  

    Como restaurador, ha intervenido en imágenes de diferentes regiones españolas, entre las cuales cabría destacar el Cristo Resucitado de Luis Ortega Brú de Jerez de los Caballeros, la patrona de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, Nuestra Señora de Consolación Coronada o Jesús Rescatado de Almodóvar del Campo, obra temprana de Federico Coullaut Valera.

    En cuanto a su labor investigadora, ha publicado libros, capítulos en libros, artículos en revistas y ha participado en congresos nacionales.

 

 

Rafael Martín Hernández nació en 1983 y reside en el municipio sevillano de Mairena del Aljarafe.
 
Sus inicios como imaginero se remontan a 1996 cuando comenzó su aprendizaje como discípulo del insigne escultor, pintor y diseñador D. Antonio Dubé de Luque. Con él aprendió el arte de la imaginería durante 10 años.
 
En 2006 se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, donde contó con las enseñanzas de otros reputados escultores como D. Juan Manuel Miñarro, D. Miguel Fuentes del Olmo y pintores como Juan Antonio Huguet Pretel.
 
Desde 2010 pertenece al grupo de investigación ARTANA, inscrito en el departamento de dibujo y dirigido por el Dr. D. Antonio Bautista Durán. Además, ha sido asistente honorario en la asignatura Morfología General y Anatomía Aplicada, colaborando asimismo en proyectos de innovación docente.
 
En 2014 se doctoró en Bellas Artes con la tesis: Morfología de la Expresión Emocional Genuina y Autogestionada en el Rostro Humano, obteniendo la calificación de Sobresaliente Cum Laude.
 
En 2011 fue contratado como docente por la Universidad de Sevilla, impartiendo asignaturas del Departamento de Dibujo en la Facultad de Bellas Artes. En la actualidad es profesor en el Departamento de Escultura. Durante estos últimos años ha impartido las siguientes asignaturas:
 
Sistemas de Representación Geometría Descriptiva Fotografía Procedimientos Escultóricos Discurso de la Escultura Fundamentos de la Escultura Escultura del Natural Configuraciones Escultóricas
 
También ha publicado libros, capítulos en libros, artículos en revistas y ha participado en congresos.

Reportaje para televisión: PRESIONAR EN ESTE ENLACE

 

 

RESEÑA DE D. MERCEDES SANZ DE ANDRÉS, LICENCIADA EN HISTORIA DEL ARTE Y EXPERTA EN ARTE SACRO

 

    Su obra se aleja de los postulados o de lo habitual de la imaginería andaluza de su tiempo centrándose en el realismo más comedido, sobrio y sintético, preocupándose más de la expresividad y del alma interior de las figuras.  Sus esculturas se caracterizan por transmitir los sentimientos, por dotar a las imágenes de un tratamiento psicológico y emocional y llegar así al corazón del que lo contempla y todo ello lo hace con naturalidad que, es quizá, la característica fundamental de su obra. 

    Sus esculturas están repartidas por toda la geografía española, Alemania, Francia e Hispanoamérica, se caracteriza por el gran realismo que dota a las imágenes, de expresividad y unción sagrada, en especial a los ojos, unos ojos agotados por el llanto, hartos de tanto llorar.  Fíjense en los ojos de sus imágenes porque tienen una mirada sanadora.

    El don que Dios dio a sus manos, como hacedor de belleza, fue el medio que permitió a don Rafael Martín a expresar su encuentro con la grandeza de lo sobrenatural. Su cincel educado en la sobriedad estilística tiene un sentido emocional donde se aúna su excelencia como pintor para dar vida a la escultura. Una escultura como María Santísima de los Siete Dolores llena de amor consiguiendo expresar lo humano y lo divino en esta imagen de María.